El primer regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos es un nacimiento digno.
Pero a veces no es así. El parto es una historia con final imprevisible, incluso en una mujer sana y un buen embarazo. Y de finales, ya lo sabemos las madres, hay muchos, algunos muy tristes, otros muy gozosos, y otros que se encuentran en un terreno confuso, donde la dicha y la incomprensión se mezclan. Es sobretodo tras sufrir una cesárea que muchas mujeres son felices por tener un bebé sano en su regazo, pero no comprenden porqué a la vez sienten que han perdido algo por el camino.
Quizás se han perdido ellas mismas, y albergan un vacío y una frustración muy grandes. Y lo que es peor, creen que no tienen derecho a sentirse mal porqué su bebé está sano. Es un cóctel de sentimientos encontrados muy fuerte.
Miles de Argentinas dan a luz por cesárea. Y dentro de las mujeres cesareadas, la mayoría sufren una “innecesaria” porqué los médicos, o se ven obligados a recurrir a ella por seguir unos protocolos hospitalarios que poco o nada ayudan a la parturienta y que ponen en peligro la vida del bebé, o porqué no dejan que sea el cuerpo femenino el que decida cuándo parir. Son variados los motivos por los cuales realizan cesáreas "innecesarias”. De todas las que se practican, sólo un reducido número son justificadas. Y la herida emocional de una "necesaria" y de una "innecesaria" no es la misma; además de que físicamente nos condiciona en los futuros embarazos y partos.
Para muchas mujeres el PVDC nos lleva a un mar de dudas sobre nuestra capacidad para poder parir, y las secuelas psicológicas pueden perdurar en nuestra alma mucho tiempo.
Evidentemente, cualquier daño emocional debe repararse, pero más razón hay para hacerlo si deseamos tener más hijos. Para conseguir un PVDC, debemos prepararnos mental y físicamente, y es importante que las personas más próximas de nuestro entorno lo sepan, lo respeten y nos ayuden en lo que puedan.
He aquí unos pasos que nos ayudaran, a título de entrenamiento, para conseguirlo. Recuerda siempre que el PVDC es la opción más segura para ti y tu bebé en la inmensa mayoría de los casos.
1. Escribe y revive la cesárea.
2. Escribe cómo te imaginabas tu parto.
3. Habla de la cesárea cuando lo necesites.
4. Habla con tu hijo de su nacimiento.
5. Esclarece (contigo misma, con tu pareja, con la matrona) los motivos por lo que deseas un parto vaginal después de cesárea contestando a estas preguntas: ¿Temes arriesgar la salud de tu bebé o la tuya por intentar un PVDC?, ¿Piensas en el fondo que la cesárea es la opción más segura o más sencilla en tu caso?, ¿Te sientes egoísta por desear un parto natural?
6. Revisa la historia de las mujeres de tu familia.
7. Profundiza y analiza como ha sido la relación con tu cuerpo y tu sexualidad.
8. ¿Qué mensajes has heredado sobre la menstruación, la masturbación, el parto o la lactancia?
9. ¿Has aprendido a celebrar tu feminidad? ¿Cómo percibes tu cuerpo y tu salud?
10. Trabaja tus miedos
11. Visualiza. Revisa los mensajes de tu cuerpo. Puedes colgar por toda la casa dibujos que ilustren cómo el bebé pasa por la pelvis y el canal del parto. Puedes repetir una lista de frases varias veces al día (“Mi cuerpo sabe parir”, “Puedo abrirme y confiar en mi bebé”, “Mi hijo saldrá por mi vagina”, etc.).
12. Habla con tu bebé. Explícale que quieres ayudarle a nacer, que confías en él, que deseas poder cogerlo y abrazarlo tan pronto como salga de tu cuerpo, que sabes que él lo hará de maravilla y que has encontrado unos profesionales que os trataran con mucho respeto y estima. Si no lo tienes claro, pregúntale donde quiere nacer, seguro que de alguna u otra forma te contestará.
13. Trabaja en pareja: ¿Te apoya tu pareja en tu decisión de intentar un parto vaginal?, ¿Seguro que él quiere estar a tu lado durante el parto?
14. Comparte tus vivencias con otras madres, atrévete a hablar con sinceridad de tu viaje emocional, de tus deseos y tus dudas, de tus descubrimientos. En el foro de apoyocesareas nos sentiremos comprendidas, apoyadas y obtendremos mucha información.
15. Busca una doula o una matrona que te ayude.
16. Busca un centro donde atiendan PVDC.
17. Haz un plan de cesárea respetuosa si se diera el caso.
18. Lee e infórmate (buenos libros: ¿Nacer por cesárea?, Ibone Olza, Enrique Lebrero. Ed. Granica 2005. La cesárea, Michel Odent. La liebre de marzo 2006. La revolución del nacimiento, Isabel Fernández del Castillo, Granica 2006).
19. Cuida tu nutrición, haz ejercicio, practica la danza del vientre, ten orgasmos, medita.
20. Celebra el embarazo de mil maneras.
Tónico estimulante para conseguir el PVDC
Remedio para pronunciar en voz alta, para nuestros adentros, a solas o en compañía, cuando estamos embarazadas, hemos sufrido una cesárea y esperamos poder vivir un parto vaginal después de cesárea.
“Confío en mi cuerpo para poder parir. Mi cuerpo es capaz de gestar criaturas preciosas y sanas, por lo tanto es capaz de traerlas al mundo de una manera sana. Sólo me hace falta escucharme a mí misma, entregarme a las fuerzas de la naturaleza femenina, alejarme del racionalismo y trasladarme a un estado de total libertad mental y corporal.”
“Confío en ti, bebé, para trabajar los dos juntos y ejecutar la danza de la vida en armonía y con sabiduría. Confío en mí para saber compasar nuestros movimientos individuales y transformarlos en una sola energía positiva y evolutiva.”
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